lunes, 8 de noviembre de 2010

Viaje a la Luna


Déjame llevarte a la luna,
que nada nos detenga,
déjate llevar por tus instintos
y solo sigue por aquel sendero
iluminado por las rocas,
lejos de la arena.

En aquel atardecer morí pensando en esa espera,
en que una foto de tu cuerpo invadiera mis sentimientos,
una foto llena de recuerdos que les vería llegar contigo,
con esa melodía que guardas en tí.

Tal voz,
tales ojos,
una personalidad especial,
tu temperamento,
obsequiando cálidas sonrisas,
derritiendo sus ojos,
tristes ojos.

Déjame cantarle a tu alma,
quiero contarte un secreto,
espero no ser grosero,
más bien todo un caballero.

Eres simplemente sincero
y lejos de todo lo común,
atraviesas mi alma como una suave caricia en el cuello,
haciendome sentir lo más relajado y libre,
elevandome mil metros sobre mi encierro.

Déjame enseñarte cada segundo de este eterno minuto,
compartamos tan solo un segundo...
Conóceme y vivamos alejados del mundo,
viajemos a la luna,
veámos nuestros sentimientos caminar,
toda la luna para nosotros y sin este cuerpo mortal.

Un encuentro de almas deseo,
donde se toquen delicadamente,
déjalas analizarse una a la otra,
y contar melodías en una sinfonía.

Créeme que es lo que he estado esperando por mucho tiempo,
un mero contacto sincero,
a pesar de estar amarrado,
y alejados a través del tiempo.

Estamos en un lugar del cual no podemos escapar...
el cual no podemos dejar,
pero el cual sí podemos compartir,
mas no regalar.

Un nuevo regalo,
obsequio del pobre transtornado,
viejo y pobre enamorado,
¿donde has estado?


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