viernes, 27 de septiembre de 2013

Espíritu


A través de la ventana intento recordar el último momento en que nos vimos, en un frío atardecer primaveral, al cual pareciera interminablemente encadenado, pasando a una oscura noche en que uno solo quiere acostarse y descansar.

El espíritu es algo eterno, indestructible e intangible; nos otorga la capacidad de volver nuevamente a la vida terrenal... y, pese a que se deje un envoltorio en este mundo, siempre habrá una energía que nos acompaña, que les une a cada uno con las personas más importantes que han pasado por nuestras vidas terrenales, quienes están cuidándonos, y, pese a no poder conversar directamente con ellos, saben lo que sentimos, saben por lo que pasamos, pero siempre están ahí, por más que uno quiera observarles. Sólo hay que saber cómo conectarse internamente con ellos, canalizar esas energías y olvidarse por un momento de lo físico.

Tengo un espíritu eterno y lleno de amor y, esta brisa, lluvia, atardeceres, seres y vida terrenal debo aprovechar, pues es una oportunidad de evolucionar, elevarse internamente, entregar cariño y disfrutar las cosas que esta naturaleza nos regala, cosas las cuales muchos destruyen, aunque paradójicamente la mayoría 'ama' a las cosas que el dinero compra.

Algún día esas almas se reencuentran en calma, donde la pureza llena cada espacio de su existencia, donde no existen los prejuicios y donde nuevamente se pueden 'tocar'.

Tanto tiempo sin escribir,
ya había olvidado lo que era abrir las alas
y comenzar a sentir correr las palabras como una brisa,
atrapando ideas,
inspirarse en quienes uno quiere,
recordar intensamente momentos vividos
como si lo estuviese viviendo nuevamente.

A veces sirve para reencontrarse con uno mismo.


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