martes, 9 de octubre de 2012

Esperando Té

Era una tarde de papel cuando las avez callaban el canto,
lágrimas caían bajo el denso velo,
cada una de tus miradas volaba hacia mi alma y le decía "ya no puedo",
mas el torpe lapiz intentaba seguir escribiendo.

Con aquella compañía, un par de ángeles en nuestras vidas,
te observaba y, cada toque a mi piel volvía tus manos sepia,
congelaba tus respiros y anhelaba esas estrellas que bailan con tus pupilas,
mas me dijiste que el peligro nos asechaba.

Olvidando aquellos endulzados, estaba,
creyendo que nuestro camino se alejaba,
dibujando un recuerdo de la luna que a tí me recordaba,
y escribiendo nuevos versos para que algún día te los regalara.


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