miércoles, 5 de octubre de 2011

Lejanas vibraciones


Pongo una canción,
y dejo caer un mar bajo mi cama.

Miro la luna que ayer me miraba
cantandome dulces cuentos de miel.

Quiero mover las raíces e ir a tocar un árbol firme a tierra y,
contagiarme con su energía y calma vitalidad,
para entregarle a los demás...

En realidad eso es algo ke me llena...
el ayudar a los demás
y verles felices
o sacarles sonrisas
sobre todo cuando más lo necesitan.

Una vez me dijeron manipulador, pero lo que esa persona no se ha dado cuenta es que el ser humano tiene un lenguaje hablado y escrito, y con ambos de algún modo busca persuadir a los demás, para hacerles sentir atraídos por el propio ser. 
Esa persona no se ha dado cuenta que una persona al querer a otra, hace lo que está a su alcance para estar cerca y, para hacerle feliz de uno u otro modo a la otra persona. Muchas personas no valoran la lealtad que uno pueda tener, simplemente lo ven a uno como una entretención, como algo carnal, e incluso fugaz.

Unos se mantienen en el mismo hogar,
y su corazón en aquel lugar,
mientras otros vuelan como pájaros
saliendo de unos lugares a otros.

Olvidan los motivos del estar
y se mandan por ahí a descansar
bajo un árbol lleno de sombras.


Me gusta escuchar una canción,
para hacerle sentir a mi cuerpo como si la canción fuera suya,
y entonces dejar llover y ver el pasto mirar hacia el cielo en la piel,
sentir la piel quemar arrodillada bajo el cielo y encerrada sobre el mar,
arrojando piedras al muro descubierto bajo los escombros que dejó aquel paso,


Y me gusta hacer brillar cada mirada,
entregarle energías a quien lo necesite;
correr sobre el mar,
cuando los objetos caen y caen sobre él;
sembrar nuevas sonrisas cada día,
y regarlas con cariño y amor.



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