Nadie entiende las pobres palabras de un machucado y rojo...
Observando a lo lejos descuidado, lo atacan y nuevamente está sangrando el rojo...
Desgastado por el caminar y chocar con otros, mi querido rojo...
respirando y soplando tus pequeños rojos...
Pero tú...
Simplemente observas con unos sinceros y desgastados ojos,
a que la vida te llene con un vivo y rojo,
mi querido rojo...
Corazón.
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