creyendo siempre en la luz,
cantando bella tu canción,
mirando hacia el ocaso que consigo trae el mar.
Pero entre la brisa nocturna,
mimetizado entre suspiros,
pensando en aquella persona que te trajo...
Formando círculos...
el camino que encontraba a sí mismo.
Lamentablemente sucedió, y este corto paseo ha terminado...
Bello en tu interior siempre rebosaba,
a pesar de las negras mareas bote rodeaban.
Ahora el ticket camino a tu madre has tomado,
y con ella, algún lugar iluminas.
Lamentablemente cuando las alas mueves, no hay quién las detenga.
Ahora el cielo llora, porque tu luz a otro lugar se va,
Alegría, carisma, simpatía...
La extrañaste mucho,
así como nosotros ahora te extrañaremos.
Cuando el llanto interior carcome,
consume lo que en su camino encuentra,
aferrarse a esa melodía puede ser desgarrador,
más aún si ya todo el espacio ha invadido,
en donde los pensamientos ya se han dividido.
Muchas risas vivimos...
Veranos, otoños, inviernos y primaveras...
Brisas cálidas y heladas...
Siempre cantabas tu canción mientras caminabas.
Pero ahora, en tu amplio camino y, con tu madre estás.
Fuiste muy especial...
Gracias por pasar por mi vida...
Mi querido amigo... Cristóbal.
Te extrañaré.