Seco invierno

Un invierno eterno llega a mi cabeza,
tarareando melodías,
asechando los pensamientos,
bordeando el abismo justo antes del ejercito de espadas
que ahorcan cada fugaz pensamiento que se les atraviesa.

Cantando río abajo caen las risas,
ojerosas montañas de tierra,
montes del olvido,
llenas de vacío.

Lloran, las tristes niñas,
corren hacia los árboles que secas dejan caer
las hojas llenas de canciones,
escritas cada una,
hojas llenas de amor cayendo...
cayendo...

Grietas en la sombra sobre la que camino,
gritando y rodando en la oscuridad.

Quiero que llueva bajo este eterno.

Hurt

Estas grandes nubes que me aterran,
hacen que llueva lentamente luces que bostezos dejan con su estela,
albergando tristes melodías junto al lago,
que a veces siento abandonar.

Y aquel... comienza,
ahorcándo las raíces de mi árbol,
asechando la fauna a nuestro alrededor,
invadiendo territorios llenos de vida,
con nuevas semillas para sembrar,
nuevos momentos y emociones,
y yo estoy dispuesto a luchar
por aquel... Dolor.


Cada verde pincelada se vuelve vapor junto a este sol,
envuelto en el rojo que me cubre intentando con cristalinas, pintar,
ojos nublados, nublados con arena que cada paso deja.

Me pregunto en círculos si el dolor es parte del proceso,
y si vale la pena vivir luchando contra ello.